El valor de los cambios

Los cambios son un valor inherente a la vida misma, porque sin cambio no hay vida.

Es extraño, pero mientras todo a nuestro alrededor cambia y se reinventa continuamente (la tecnología, las modas, los valores…), a medida que pasan los años, nos volvemos más reacios a los cambios.

Todo está diseñado para que no cambiemos de vida: lo que socialmente está bien visto es tener un trabajo (si es fijo, mucho mejor), una casa (con hipotecas a 40 años), una pareja (para toda la vida), luego hijos... sin cambios en el patrón.

Vivimos en el mismo lugar, frecuentamos  los mismos sitios, con la misma gente... cuanto menos cambio, más establilidad, y sin embargo cuando salimos de la monotonía es cuando más disfrutamos.

Decimos que no hemos cambiado, que la gente no cambia y que siempre todo ha sido así...pero no es más que una disculpa. Si miramos hacia atrás, cada cambio que hemos tenido en nuestra vida, no sólo ha marcado algo de lo que somos hoy, sino que nos ha hecho progresar.

El cambio marca los recuerdos, y aquellos  repentinos, los no previsibles, son más difíciles de asumir, pero sin embargo hacen diferente nuestra realidad y nos transfroman.

Los cambios más valorados son aquellos que elegimos con decisión  y con todas sus consecuencias. Tomar decisiones no es fácil y muestra valentía y superación, por lo que debemos estar orgullosos de ellos.

Los sueños necesitan un cambio en los objetivos,
la monotonía un cambio de aires,
las preocupaciones un cambio de manera de enfocar,
el estancamiento un cambio de actuación,
los problemas, un cambio en la actitud para afrontarlos
y el mundo... un cambio en los que escribimos la historia..

de nosotros depende.

Ludy